Considerado como uno de los grandes exponentes del revisionismo pastelero francés, Christophe Michalak es sin duda el chef más “rock’n’roll” de la pastelería francesa e invitamos a los apasionados por este arte a conocerlo en este retrato.
Christophe Michalak hizo su entrada al mundo de la pastelería a los 16 años.
A lo largo de su carrera trabajó en las casas más grandes: Le Negresco, Fauchon, Ladurée… En el 2000 incorpora el lujoso , un sueño para él entonces.
En el 2000 incorpora el lujoso palacio Plaza Athénée, un sueño para él entonces. Una vez cumplido ese objetivo, Michalak a quien le gustan “los cambios y las evoluciones” va entonces a la búsqueda de nuevos desafíos.
En el 2005 gana con el equipo de Francia el Mundial de Pastelería, empieza a participar de varios programas de televisión y abre su escuela (Michalak Masterclass) donde hasta hoy en día sigue enseñando y compartiendo sus conocimientos con apasionados de pastelera, profesionales o no.
Abrir su propia pâtisserie fue la siguiente meta que Michalak logró en el 2015 con una primera tienda a su nombre en París (estrenó este año la cuarta).
El chef pastelero viajó durante muchos años para empregnarse de las diferentes culturas del Mundo y de sus sabores para luego reutilizarlas en sus propias creaciones, todas a su imagen: gourmandes, lúdicas, originales y sobre todo rock’n’roll.
De hecho, se puede identificar muy fácilmente los postres de Michalak por el uso de la K en sus nombres, un guiño al apellido del pastelero: los Klassik son los postres para compartir, el Koonie, un invento del chef, a mitad de camino entre una cookie y un brownie, el Krak-krak hace referencia a lo crujiente de ese postre y el Kalin (abrazo) toma la forma de un tierno osito de malvavisco cubierto de chocolate.
El grande éxito del pastelero se puede explicar por su creatividad inagotable, pero también por su espíritu emprendedor y su visión de la pastelería que promueve y que según él debe siempre ser “fresca, recién elaborada, sin congelación y sin decoración en exceso”, a la imagen del Kosmik, un postre para llevar presentado en un envase de vidrio que se elabora todos los días y que lleva menos grasa y sin gelatina.
Jacqueline Albajari, chef pastelera dueña de Laban Pâtisserie asistió de una de sus clases y nos cuenta sobre su experiencia:
“Lo que más me gusto de Michalak es la manera en que le representa y siente su profesión, la pastelería; las llamo las 4 E.
- Elegancia: lo importante es la estética del producto. Poner en valor eso que preparo y el comensal lo recibe.
- Equilibrio: tanto en sabores como en texturas, colores y la visual del producto.
- Emoción: sin lugar a dudas, son obras de arte que te llegan al corazón, te tocan el espíritu y hacen que el pecho se mueva. ¡Son sorprendentes!
- Eficacia: él sabe que tiene la capacidad de adaptar postres bien complejos a paldares cotidianos donde también ponen en valor el trabajo realizado por el chef. Lo que realizo en la clase fue una tarta de higos y frambuesas; torta succes snicker; verrine amande exotique.
Fue muy generoso con todos los tips que nos dio; fue muy prolijo y exigente.»
Ubicaciones:
- Michalak Masterclass
60 Faubourg Poissonnière,
75010 Paris, France
- Pâtisserie Michalak Marais
16 Rue de la Verrerie,
75004 Paris, France
- Pâtisserie Michalak Saint-Germain des Prés
8 Rue du Vieux Colombier,
75007 Paris, France
- Pâtisserie Michalak Printemps
64 Boulevard Haussmann,
75009 Paris, France