28.11.2012.Cómo llegar a ser chef cuando el propio padre ya es un chef reconocido? Entre asumir una herencia y la voluntad de emanciparse del peso del apellido, le proponemos descubrir el destino de cuatro jóvenes chefs franceses cuyos padres cuentan con varias estrellas en el prestigioso Guide Michelin. Tercer y último episodio de nuestra serie.
El clan Loiseau reunido alrededor de la memoria de Bernard. Bernard Loiseau ha marcado la historia de la gastronomía en los años 80’ y 90’ gracias a su uso de los medios. El cocinero oriundo de Auvernia hizo su formación en el restaurante La Maison Troisgros en Roanne al final de los 60’. Gerente durante 7 años del famoso restaurante La Côte d’Or, en Saulieu (Borgoña), en 1983 el chef se endeuda mucho para comprar el restaurante. Pero sus esfuerzos conocen en 1991 una consagración con la obtención de una tercera estrella en la guía Michelin y un 19/20 en la guía Gault et Millau. Sin más explicación, el 24 de febrero de 2003, el chef se suicida. Su familia podría haber cortado todo vínculo con la gastronomía, sin embargo, por lo contrario, Dominique Loiseau, su mujer, decidió tomar las riendas del restaurante tres estrellas.
La joven guardia. Los hijos de Bernard Loiseau también decidieron rendirle homenaje y asumir la herencia de su padre. Después de cursar una carrera en desempeño financiero, Bérangère, la hija mayor de 23 años, decidió seguir una formación de cocina. Bastien, de 21 años, estudia en la escuela de hotelería de Lausana mientras Blanche, de 16 años, se dirige hacia la pastelería. La elección de asumir la herencia viene del siguiente hecho: “He visto mi madre luchar cada día para salvar su casa y defender la memoria de mi padre… con mi hermano y mi hermana, supimos rápidamente que nuestro destino era trabajar a su lado”. Entre la gestión hotelera y la cocina, Bérangère no sabe qué elegir… A veces, para reflexionar acerca de su porvenir, se aísla en el “salón BL”, en Saulieu, una pequeña sala del restaurant cuyas paredes albergan fotos de Bernard a la cima de su gloria. Confiesa: “me siento bien ahí”.
