EL tenedor : un objeto de poder.

26.03.2013. Si el uso de este pequeño utensilio cotidiano nos parece natural, ha sido durante mucho tiempo objeto de bromas en la mesa de los reyes de Francia. El tenedor se invitó tímidamente en la corte antes de conquistar la aristocracia… Se acabó eso de comer con los dedos! Se acabó la Edad-Media! Esta pequeña joya se convertiría en el símbolo de una nueva manera de comportarse en la mesa y les ofrecería nuevas oportunidades a los cocineros. La mesa se volvió así el lugar en el que se conjugan la finura con la cocina, la cultura y el gusto, la educación y las buenas costumbres…

Demos una vuelta por una primera revolución en Francia: las artes de la mesa y del servicio.

Un nuevo invitado en la mesa de los reyes. Los tenedores aparecieron en el impero bizantino. Fueron introducidos en el norte de Italia a mediados del siglo XI después del matrimonio de una princesa bizantina con el Dux de Venecia (Doménico Selvo). Desde Italia, el uso se extendió en toda Europa.
En 1530, el tenedor todavía no era mencionado en el manual Urbanidad en las maneras. Su autor, Erasmus, sugería no mojarse los dedos en la salsa sino usar un pedazo de pan. Además prohibía formalmente lamerse los dedos grasientos y aconsejaba secárselos discretamente con el mantel…
Catalina de Medicis (1519-1589), por su amor por los bellos objetos, marcó las artes de la mesa. Sería, entre otras cosas, la instigadora del tenedor en Francia. Parecía una excentricidad y los cortesanos no querían usar el utensilio por miedo a dañarse la boca! Y sí! La palabra “fourchette” del latín «furca» etimológicamente significa «pequeña horca».

Requerirá décadas para que el uso del tenedor se generalice. En el siglo XVIII se convirtió en un utensilio popular que se encontraba en las mesas de todos los franceses.

 Una revolución en la mesa…. y en la cocina. El uso y la forma del tenedor se adaptaron a los alimentos: al principio era utilizado como un instrumento de servicio para cortar las carnes. De dos dientes en el siglo XV, paso a tener tres y luego cuatro dientes en el siglo XVII. Las curiosas «pequeñas horcas» eran inicialmente utilizadas para pinchar algunos alimentos, incluyendo ostras, o frutas confitadas.

Antes del tenedor, comíamos en tazones con cucharas. Los alimentos venían cortados y en salsa. A la aparición del tenedor en la mesa, le siguió la del cuchillo y del plato. Pronto, los cocineros improvisaron nuevos platos, los paladares se refinaron, el talento y la creatividad de la cocina francesa se afirmaron, así como el arte del servicio à la française. Es el Renacimiento! Una época que marco un hito importante en Francia con el nacimiento de la gastronomía y del arte de armar una mesa que ha sobrevivido hasta nuestros días.