French chef Joel Robuchon poses in a corridor on January 14, 2016 in the Hotel de ville of Paris during the Grand Vermeil award ceremony, rewarding the best chefs of Paris. / AFP PHOTO / FRANCOIS GUILLOT

La gastronomía francesa está de luto, falleció Joël Robuchon

La gastronomía, la cultura y la sociedad francesas despidieron con honores al gran Joël Robuchon (Poitiers, 7 abril de 1945-Ginebra, 6 agosto de 2018), quien falleció hoy victima de un cancer. La consternación por su muerte alterna con los homenajes incondicionales que televisión, radio y prensa escrita resumen con unánime reconocimiento: «Nos deja un genio», titula a toda página «Le Figaro». «Homenaje unánime al papa de los cocineros», afirma Le Monde«La revolución Robuchon», apunta Liberation. Para Le Point, la suya «era una escuela y una síntesis de todas las escuelas francesas», mientras que L’Obs le califica como «el Stendhal de los fogones», estableciendo un paralelismo entre la personalidad de Robuchon y el estilo de uno de los patriarcas de la novela francesa moderna.

El Presidente francés, Emmanuel Macron publicó un comunicado solemne en estos términos: «Joël Robuchon nos ha dejado, pero sus 32 estrellas Michelin brillan con fulgor en la constelación de la gastronomía mundial. Su nombre y su estilo encarnan la cocina francesa en el mundo entero y simbolizan un arte de vivir, una exigencia del trabajo bien hecho, iluminando la riqueza de nuestras tradiciones culinarias y culturales».

« Tras la muerte del chef Paul Bocuse la muerte de Robuchon es algo traumático : él era la otra gran figura de la cocina francesa », comentó el crítico gastronómico Perico Legasse,la chef Anne-Sophie Pic publicó en redes sociales: «Uno de los maestros incuestionables de la gastronomía acaba de dejarnos»
Consagrado«chef del siglo» en 1990 por «Gault-Millau», la guía creada por los críticos Henri GaultChristian Millau, Joel Robuchon logró obtener 32 estrellas Michelin, un record absoluto, a lo largo de su carrera.

Nacido el 7 de abril de 1945 en Poitiers, en el seno de una familia modesta y profundamente católica, su primera vocación fue la Iglesia. A los 12 años, ingresó en el seminario con la idea de convertirse en cura pero ahi descubrió su vocación ayudando a las monjas en la cocina.
A los 15, empezó un aprendizaje en las cocinas de el Relais de Poitiers  que en pocos años le permitieron conquistar las máximas cumbres de la gastronomía francesa e internacional. Luego, tras un breve paso por el Frantel de Rungis, Robuchon recibe la consagración cuando, a los 29 años, en la Porte Maillot, fue elegido chef del gran hotel parisino Concorde Lafayette.

En 1976, fue nombrado Meilleur Ouvrier de France, un reconocimiento que solo ostentan algunos de los mejores cocineros de Francia. El éxito que corona su cocina y la organización de esa gran brigada lo conduce en 1978 al puesto de director de restauración del Hotel Nikko. Finalmente en 1981, Robuchon abre su primero establecimiento: el Jasmin. En 1987, fue coronado “chef del año” y, en 1990, “cocinero del siglo”.
En 1995, se retira como cocinero, y se dedica a la transmisión de su conocimiento, su participación en algunos de los programas de cocina más populares de la televisión francesa (recordamos a con Bon appétit bien sûr en FR3 le hicieron también un personaje reconocido y querido en los hogares franceses.

En 2003, Robuchon crea su concepto de restaurant, «L’Atelier de Joël Robuchon», inspirandose en su Castillo Taillevent-Robuchon de Tokyo de 1989, con un concepto novedoso de alta gastronomía y lujo abierto hacia los comensales, pensando en los bares de tapas de España y los bares de sushis japoneses donde los maestros exponen su cocina como espectáculo. Se declina en numerosas aperturas a través del mundo (Tokyo Paris, Monaco, Londres, New York, Las Vegas, Hong Kong, Singapour, Shanghai, Taipei, Macao, Bangkok, Casino de Montréal, Miami, Genève.)

Creador de platos emblemáticos como la tarta de trufas, la crema de coliflor al caviar o los raviolis de langostinos, lo que más fama internacional le dio fue su puré de papa, un «icono de los años 80» que sigue considerada como la mejor puré del mundo.

Foto: «Le Monde»