La Revolución francesa y los menús igualitarios

Los franceses celebran este mes el 230° aniversario de la Revolución francesa. Una fecha clave para toda Francia y sus ciudadanos quienes decidieron manifestar en 1789 sus deseos y voluntades oprimidas durante los largos años de monarquía. Los lujos y la opulencia del rey de turno no estaban permitidos al pueblo que cada vez tenía que trabajar más para pagar una gran suma de impuestos al Rey. Como te contamos en otra nota, fue el pan, ese alimento tan simbólico para el ser humano, uno de los detonantes de la Revolución[1]. Pero hoy, queremos contarte cómo se vivió aquella época, qué se comía y cómo los ciudadanos, sin distinción de clase, se reunieron en una misma mesa.

Una vez que el rey Luis XVI fue destronado y el Antiguo Régimen eliminado, el pueblo experimentó lo que era tener tres comidas al día ya que al no tener que enriquecer los tesoros del rey pagando impuestos, sus pocas ganancias las destinaban a comer. ¿Qué comían? Lo habitual: panes, caldos, alguna que otra carne como cordero o cerdo, las aves por ejemplo continuaban siendo criadas sólo para comercio, les representaba una buena ganancia y no podían darse el placer de comerlas. También consumían los vegetales que cultivaban y papas, ese tubérculo traído de América que aún para la época no había logrado ser del todo aceptado por la sociedad ya que por provenir de la tierra se lo veían como algo “impuro”. Sus comidas, como ya era costumbre, las acompañaban con vino.

Recordemos que durante las distintas monarquías que precedieron a la Revolución Francesa, tanto la realeza como la aristocracia gozaba de muchos privilegios y el lujo y la ostentación de sus riquezas formaban parte de la vida diaria. Muy diferente era la vida del pueblo, los campesinos, quienes debían trabajar muy duro diariamente para poder comer. Sin embargo, y a tan sólo 4 días de la recordada toma de la Bastilla, el marqués de Villette lanzó la idea de crear “banquetes cívicos”, es decir, reunir a ricos y pobres en una misma mesa y compartir los alimentos que cada uno trajese. Lejos de considerarse una locura, la idea se transformó inmediatamente en un éxito y estas comidas que al principio eran convocadas por las autoridades, luego se fueron organizando por los mismos ciudadanos quienes se reunían a compartir y cantar canciones patrias. El pintor Jean-Baptiste Lesueur, supo retratar en un cuadro una imagen que refleja estas comidas cívicas post-revolución donde la clase social no existe y la hermandad del pueblo se manifiesta, hablamos de la pintura Messidos de l´An 2.

Para celebrar el 230° aniversario de la Revolución Francesa, nuestros bares y restaurants franceses en Argentina de la mano de Lucullus preparan un menú especial para que podamos conocer o seguir probando todo lo rico que el país galo aportó a la gastronomía.

Consultá la agenda[2] y elegí el menú que más te guste. Recordá también que el fin de semana te esperamos en Plaza Plaza Francia para terminar los festejos a lo grande con más comida, eventos y sorpresas! Porque la historia es de todos, revolucioná tu paladar con esta oferta infinita de propuestas!

 

Paula Ruiz

@pola.rz.okey

 


[1] http://www.lucullus.ar/noticias/el-pan-simbolo-de-la-revolucion-francesa/

[2] http://www.lucullus.ar/noticias/ofertas-especiales-para-celebrar-la-revolucion-francesa/