26.03.14 Para esta época en Francia los cerezos empiezan a colmarse de flores. Preciosos capullos rosas, pálidos y no tanto. Para el principio del verano la deliciosa fruta se comienza a disfrutar y la tradición gastronómica las convierte, dando más de un uso a este producto tan tentador.

La cereza es el segundo fruto rojo en Francia después de la frutilla y se consume natural, en compotas, en tartas (gâteau basque), tortas (forêt noire) y principalmente se realizan con ellas todo tipo de confituras, desde dulces o conservas a las famosas cerises au chocolat. Sin embargo, cuando se piensa en cerezas, quizás es el “clafoutis” el postre característico que las destaca. De la región occitana de Limousin proviene este postre rústico pero delicado, tan sencillo como delicioso. El nombre proviene del occitano “clafotís”, siendo “clafir” el verbo que significa rellenar (¡de cerezas!) y se extendió por toda Francia hacia el S XIX, haciéndose muy popular.
Consiste en una típica tarta francesa de frutas, que se elabora en un molde que preferentemente pueda ir a la mesa, donde a una masa casi líquida de huevos, harina, manteca, leche y azúcar, reminiscente de las crêpes, se le añade las cerezas naturales enteras con su carozo o hueso incluído. Se sirve tibia o fría y es excelente espolvoreada con azúcar impalpable y un toque de crème fraîche.

Pero las cerezas están un tanto lejos de nosotros que entramos en otoño, dejando los días cálidos y mirando hacia una temporada más fresca que ya empezó a acusarse.

En la región de Auvergne, contigua a Limousin, el clafoutis se hace con manzanas o peras. Esto es una “flaugnarde”, que en otras regiones, como Berry hacia el centro de Francia, se llama “gouéron”. En otras regiones también se utilizan uvas pasas, ciruelas y hasta higos, arándanos o moras, siempre conservando la misma masa y horneado.

¿Probamos entonces con una flaugnarde tibia de manzanas o peras este otoño que comienza? Tal vez no haya nada mejor en esta época para endulzar sencillamente una sobremesa, terminando un buen vino y charlando con amigos.

Viviana Seyahian

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