15.04.14 Hace aproximadamente unos 20 días un sitio web parisino muy popular, que se dedica a recomendar todo tipo de ofrecimiento gastronómico en París, organizó una prueba de la mejor tarte au citron en la ciudad. Recogieron las opiniones de los mejores degustadores y críticos de la ciudad y obtuvieron un impecable resultado sobre 16 versiones de tarta de los más exquisitos patissiers, como Sébastien Gaudard o Jacques Genin.
La tarte au citron es uno de esos items gastronómicos imperdibles cuando uno está en Francia. Se pueden encontrar por todo el país tartas de diversa calidad en los supermercados y pastelerías y tienen a menudo la palabra ‘citron’ escrita en la parte superior con un filete de chocolate o en dorado.
Existe en Francia un lugar especial para el cultivo de limones, que todo el país utiliza para esta afamada tarta. Entre las laderas de los Alpes Marítimos y el mar Mediterráneo, a 30 km de Niza, se encuentra Menton, la ciudad más italianizante de la Riviera francesa, según se cuenta. El panorama pintoresco que ofrecen las casas apiñadas de color ocre -del centro de la ciudad, sus iglesias barrocas, con sus campanarios y columnatas, y sus exuberantes palmeras y árboles de cítricos sin duda hacen Menton una de las joyas de la Riviera. Desde antes del SXIX, cuando todavía no pertenecía a Francia, toda la economía de Menton dependía del cultivo de limones. La ciudad es conocida por ser el único lugar en Francia, donde crecen estos cítricos. Cada año, Menton celebra la Fiesta del Limón con coloridos desfiles – cuyas carrozas están decoradas de forma creativa con cítricos – y espléndidos fuegos artificiales. Este evento, que dura dos semanas, no se debe perder si se está visitando la zona alrededor del mes de febrero.
¿Cómo debe ser una tarte au citron para ser perfecta? La tarta en sí consta de una masa crocante y una crema de limón. La crema debe tener el sabor punzante y astringente del limón, sin llegar a ser amargo, atemperado por la cantidad justa de azúcar, y la manteca, fundamental para espesar la textura y otorgarle suavidad aterciopelada, haciendo que el gusto a limón permanezca en la boca. Todo esto debe estar contenido por una fina y crocante masa brisée, de color dorado suficientemente crujiente como para contrastar con la textura uniforme y cremosa del relleno de limón. Terminarla con una delicada decoración depende del gusto de cada pastelero y es un detalle que aporta a la terminación del producto.
Una tarte au citron con un rico té, ahora que nos sorprendió este tiempo tan fresco puede resultar en una buena idea para reconfortarnos.¿Les parece que podríamos poner un poco de este sol en nuestra mesa dulce y refugiarnos en su inconfundible sabor?
Viviana Seyahian
