Es una obra maestra que resume toda la filosofía de la cocina de Michel Bras: sencillez, sabor y armonía. Convierte un plato simple de verduras en una experiencia de texturas, sabores y perfumes. Su nombre proviene de la jerga local.
El plato consiste en vegetales, hierbas aromáticas y flores, unos 30 o 40 productos autóctonos que dependen de la estación, recogidos apenas unas horas antes, blanqueados en su punto justo y ligeramente salteadas. Primero cuece por separado cada verdura, las saltea con una loncha de grasa de jamón, y lo acompaña con hierbas y flores de Laguiole.
Encontrara el retrato de Michel Bras en la sección «Una Historia de Chefs«.