La cocina profesional supo ser y aún lo es un terreno donde los grandes cargos son ocupados por hombres. Pero poco a poco, la presencia femenina gana espacio y muchas mujeres demuestran todo su talento y creatividad, antes expresado tímidamente entre ollas y sartenes.
En esta nota, elegimos hablar de una mujer francesa que viene haciendo historia con un presente inmejorable. Aunque ella siempre sabe mejorarlo!
Hélène Darroze nació el 23 de febrero de 1967 en Mont-de-Marsan, Francia, una localidad y comuna vasco-francesa, capital del departamento de Landas en la región de Nueva Aquitania. En esa misma localidad, su bisabuelo abrió en 1895 una posada-restaurante, lugar de trabajo por la que pasaron varias generaciones: bisabuelos, abuelos, padres, tíos… y ella misma casi un siglo más tarde. Su infancia transcurrió al ritmo de las estaciones y productos de temporada que llegaban al restaurante, algo que por cierto nunca olvidó, ya que el respeto por los productos de estación es algo que la acompaña desde siempre. Asegura que fue su abuela quien le enseñó a cocinar y que la cocina donde se crió era generosa y llena de emociones. En un documental para la televisión francesa, la cheffe aseguró que “fue mi familia quien me transmitió el culto por los productos, crecí en este mundo de autenticidad con la comida. Es nuestra educación, es nuestra sangre, es nuestra cultura”. Su familia fue también quien la ayudó a mantener los pies sobre la tierra y a no volverse loca con la fama, algo bastante difícil si se logra ver la maravillosa carrera en ascenso que tuvo la cocinera desde que dio sus primero pasos en la gastronomía.
Hélêne Darroze se graduó en la Escuela de Negocios de L’École Superieure de Commerce de Bordeaux. Acabados sus estudios en 1990, su intención era trabajar en administración hotelera, por lo que escribió nada más ni nada menos que al célebre Alain Ducasse, chef del restaurante Louis XV del Hotel de París, en Mónaco. Es así como empezó trabajando en la oficina para Ducasse, pero el propio chef la animó a trabajar entre fogones. Fue entonces cuando la cheffe, impulsada por Ducasse, decidió volver en 1995 a su pueblo natal y se puso al mando de la cocina, tal como lo habían hecho las generaciones anteriores. Sin embargo, 4 años más tarde, y debido a la situación económica del país, Hélène Darroze debió cerrar el restaurant y mudarse a París para emprender su futuro profesional con otros rumbos. En un reportaje, aseguró que no hubo un solo motivo para elegir la ciudad luz como lugar de trabajo sino muchos, entre ellos el personal, ya que a pesar de su gran ascenso profesional, uno nunca debe postergar su vida personal.
Su cocina no tardó en hacerse conocer. Poco antes visto, los gourmets de todo el mundo y los críticos gastronómicos llegaban a París para conocer a esta joven mujer que se imponía con una cocina fusión donde el terroir y la calidad de los productos ocupaban un rol fundamental. Se la reivindicó como parte de una nueva generación de madres cocineras, digna heredera de la estimada Mère Brazier, una de las tantas Madres lionesas que hicieron historia allá por los años 20.[i] “Intento que mi cocina sea una cocina de emociones y de autor, que cuente un poco mi historia. Por supuesto que en ella están presentes mis raíces, pero también mis viajes, mis experiencias, la gente que he conocido…”, dijo en una entrevista al diario español El Mundo[ii].
Con su primer restaurant en París consiguió una estrella Michelin, ganando legiones de fanáticos, incluyendo al ex presidente francés Jacques Chirac. En 2008 abrió en Londres el restaurante Hélène Darroze at Connaught, galardonado con dos estrellas de la misma guía. En 2015 fue reconocida como mejor chef femenina del mundo no sólo por su impecable gastronomía, sino también por el uso de ingredientes auténticos de temporada, que son los protagonistas de sus recetas francesas contemporáneas.
Pero la cocina también la llevó a ser la musa inspiradora de diversos personajes para los más pequeños. En 2007 fue contactada por una empresa cinematográfica para ser la inspiración de Colette, la heroína de la película “Ratatouille”. Y más recientemente, en 2018, la mundialmente famosa empresa de muñecas lanzó un modelo en su honor, junto con otras, inspirados en mujeres que valientemente asumieron riegos en sus profesiones, cambiaron las reglas y allanaron el camino para que generaciones de niñas pudieran soñar.
Madre además de dos niñas adoptivas en Vietnam, Hélène Darroze comparte en las redes (@helenedarroze) tanto su vida profesional como los momentos que vive junto a sus hijas adolescentes que acompañan a esta mamá que divide su tiempo entre París y Londres.
Cheffe, mamá, mujer, nosotros la homenajeamos por su conjunto de valores, por todos los aspectos de la vida que se reúnen en esta sola persona y que hacen de Hélène Darroze una mujer digna de admirar.
Paula Ruiz
@pola.rz.okey
[i] Les Mères lyonnaises – Lucullus